UN VOTO, UN AHORCADO

 

Maurizio Cattelan_ Bidbidobidiboo_ 1996

Maurizio Cattelan_
Bidbidobidiboo_
1996

 

Trato de no olvidar y de que nadie olvide la cuerda tensa del ahorcado, del que no pudo más con su peso y se lo entregó a una cuerda, del que se sube a una silla para estar un poco más alto y tener distancia sobre el mundo antes de saltar, de ese optimista de la razón; del que sube ahí para no volver a pisar el suelo, por desprecio, pienso en su mirada en el infinito y precisa sobre sí mismo; no quiero olvidar el balanceo de su cuerpo, ni la camisa mal abrochada, lo único bien abrochado era la cuerda alrededor de su cuello.

 

Pienso en el acertijo del ahorcado que se sube a un lingote de hielo y deja que se deshiele, por el calor de su cuerpo, por el del ambiente, por un maldito diferencial de temperaturas, siempre gana el deshielo, siempre gana la física; recordaré el día que lo ví, había una ventana detrás, tapada por su carne, el cuerpo daba la espalda a esa ventana, era una metáfora, pero no era por no saltar, quizás estuvo entre sus probabilidades, quizás fantaseó con volar antes de morir, quizás imaginó que podría caer encima de alguien y con ello truncar una vida y su muerte; la del finado colgado es una muerte póstuma, es puro teatro, ¡sin faltar señora, sin faltar!, es necesario un escenario que se ha controlado, es una puesta en valor del espacio y de un protagonismo que el banco le ha rechazado; el suicida de la cuerda es un mago, hace su truco a solas y cuando aparece el público, ¡zas!, él ya no está ahí, sólo su cuerpo, maldito seas.

 

La sintaxis del muerto por ahogamiento es una sintaxis de cómic, de juego de palabras, remite a novelas ajadas, a westerns tópicos; lo que nadie dibuja es ese cuello retorcido, mirando de lado, quince grados de inclinación y parecería vivo, con la lengua fuera, un jodido cómico de lengua morada; ahorcarse no es un hábito, porque no tiene su aborto, encierra su verdad en un acto dibujístico pleno: una recta, un punto y lo demás tirando hacia el suelo; la sintaxis es la que la gravedad obliga, si, por obligación. Algunos eligen ahogarse en un vaso, tirarse al mar, al río, éste ahora cadáver, presunta persona, impone sus condiciones, los cómo y los cuándo, por fin.

 

El natural balanceo de la cuerda, invisible para el ahorcado, el paisaje que se mueve mientras uno muere, todo eso ha existido y nadie lo pudo comprobar; el deseo suele identificarse con objetos, pero las adicciones son deseos y lo son con situaciones, con estados y el estado de este cuerpo es casi perfecto, sólo le falta hablar para explicarnos por qué narices no mató a alguien antes de irse, era una oportunidad única.

 

Los adolescentes se suicidan, por razones menores, se piensa y entonces nos duele más: “sólo era un niño” decimos con cinismo, como si mi ahorcado no contara.

 

 

No hay nada más placentero en un mediocre que afirmarse en soledad, no me entiendan mal, pero he pensado que el día que me diagnostiquen una enfermedad tremenda y rápida, pediré un crédito, lo repartiré, y viviré sin dolor hasta morir, y que el banco se joda, ahí os jodan a todos que hoy no tomo el postre, le decía un soldado al general; pero un minuto antes, bien rociado de gasolina me abrazaré, elegiré bien.

 

Todo viaje y éste es sin vuelta, lo es a otro lugar, es una paradoja; los viajes más intensos siempre son los que recordamos, no los más lejanos, ¿para qué irse a suicidar a Suiza? Joder, con lo que nos hace falta aquí. Si uno sostiene la verdad, puede que sólo le quede el suicidio, entonces ahora te entiendo, pero no me quito la imagen de la cabeza al entrar en aquel lugar, aquello apestaba a muerte. Sospechaba algo, ese puto silencio que no pudo superar Cage, esa luz holandesa, algo había. Tu eres un nómada y has escrito tu mapa, a ti no te van a joder más.

 

Ahora eres una cifra de aquello que no se cuenta, uno más, pero ni uno menos.

 

Dedicado a todos lo que han perdido su casa o su trabajo, a los que se han suicidado, a los que lo vamos a hacer, a los que se quedaron con su dinero, al sistema que tantos no quieren cambiar con su voto, al que no vota, al que vota con miedo, al que se suicida votando, al suicida de sí mismo; dedicado a todos los que dudan y dejan que la gravedad haga el resto. Iros todos a la mierda, no pienso olvidar.

Jano Lozano_2015