ME_MOR(Í)A

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     foto_Jano Lozano_2010_15M_Madrid

ME_MOR(Í)A

 

Sobre noticias que no eyaculan y verdades que te follan por el culo.

 

Dejo pasar el tiempo, cada vez leo menos los diarios, cada vez veo más programas basura, salto de uno a otro, recomiendo los de la mañana, son increíbles, magnéticos, uno no puede apartar su atención; un delito. No me gusta la ficción, no hay nada más bestia que uno de esos programas o que la teletienda o que el horóscopo, la realidad mitificada. No debemos informarnos tanto, hay que tomar distancia, mirar bajo las alfombras, ahí están los secretos de la realidad. Sólo esperar, luego todo ocurre, todo aflora; es en la poesía donde todo está claro, ahí la realidad y la verdad se cruzan, se tocan; es donde el coraje se muestra, en las ideas.

 

Las palabras de la candidata las olvidamos; aquel otro candidato que no dejaba ni terminar la pregunta, ¿recuerdan?, ahora nos podemos tomar ese tiempo, pero ya no nos apetece. Su técnica, la descubrí pronto, después de votar -tarde- era no dejar hablar, frases constantes, afirmaciones y negaciones, nada a medias, no dejar espacios, atropellar, se atrevía a advertir de un dato falso si la coma no estaba en su lugar, no importaba el fondo del asunto, la idea era no pensar, nosotros, no él; le ha funcionado, eso y el apoyo de toda la prensa mala, es decir, casi toda, le ha funcionado porque alguno cree que ha sido una debacle electoral y no ha sido eso, lo que pasa es que las encuestas se leían a diario, si hubiéramos dejado pasar la urgencia del tiempo, ahora nos sorprenderíamos menos.

Ahora, la realidad sigue su curso, es imparable, una realidad a la que no le importan los apoyos de los media; así es esta vieja zorra, sigue en su esquina, te folla, te cobra y se larga, así es la poesía, si no te duerme te agita. Antes, en las olimpiadas cada uno llevaba su poeta, le hacía una glosa a su victoria, si no era buena, perdía la vida, el poeta.

No hay nada como el tiempo para destrozar un diario, no hay nada como el tiempo para destrozar la velocidad, no hay nada como la física, sólo el tiempo. Éste mata a los diarios, a los programas de radio, la gran ventaja de un diario era contarte las noticias, ahora las noticias no te cuentan, el diario quiere sobrevivir, la noticia no y lo sé porque soy un chapero, soy una puta, soy la realidad y no se me resiste una encuesta, a mí no se me resiste ni una homilía, ni un columnista, soy la más puta de todas.

 

Cuando vuelva a despertar ya nada será del presente, todo estará en el pasado, por ejemplo, ese sueño recurrente en el que vuelo cada día, me pongo a unos 120 grados del suelo. Se lo contaba a cinco borrachos (yo incluido, pues yo me estaba relatando en mi ebriedad) con las puertas del bar cerradas, la cortina tapada, el otro día, a oscuras, el suelo de moqueta que todo lo amortigua, que ablanda las penas, que soporta las rodillas, que absorbe la eyaculación –ahí estaban una actriz preciosa, el camarero que antes era actor porno, un ex-estilista, un ex-escritor, un ex de la familia real, un ex-artista, una probable camello, lo típico en estos lugares y a esa hora, todos ex algo o casi algo, todos nadando- no entendían la paradoja: 120 grados son los ángulos de los cuadrantes en la representación axonométrica –sirven para representar objetos o geometría en proyección a escala, para poder operar– pero elevarme en ese estado no sirve para nada, es un sueño agobiante, me concentro y levito, y cuando me suspendo en el aire siempre intento ir más lejos, pero nada, intento moverme, pero nada, acabo agotado mentalmente, es todo concentración, cada vez que lo pienso me recuerda a la resaca de las elecciones o la de la coca, que son la misma: un tipo asustado lleno de promesas y el deseo del deseo de algo permanente.

 

Un diario es lo contrario de un poema; un diario quiere traer el ayer al hoy, pero un poema espera llevar el ahora al mañana y que aquello sea necesario y auténtico, al poema, la zorra, lo hace, es el aliento vital; el poema es un encuentro, es la primera voz, no se puede relatar, no interesa; una mentira se puede contar, las tuyas incluso enumerar.

Maldigo lo poco que dura una verdad en este país mientras intento asumir que ese partido ha sacado siete millones de votos; maldita la memoria de este país de esclavos que buscan jefes en los corruptos; la poesía aquí sólo tiene un lugar, la inmersión, la desaparición y la retirada; aquí la poesía es el filtro del canuto, es el borrador de Lo Real.

 

Mis textos son para los muertos, no me interesan los vivos, nunca más, mientras las redes pueden esperar, con sus pececitos. Los diarios deberían ser semanarios, los hombres princesas y los secretos no existir. Pero entonces la poesía no sería posible y no tendríamos a quien culpar. La gran ventaja de la poesía frente a los diarios, es que no lucha por un día, lucha por toda tu existencia; mientras el diario te cuenta fantasías, el poema te hace soñar, siempre.

 

¡Viva la poesía, vivan los chaperos!