god is back

Bifo

bifo

El humanismo es esencialmente el movimiento por el cual la voluntad humana se emancipa de la tutela divina. Por su lado, la Ilustración proclama la superioridad de la Razón y de la Ley sobre la fuerza de los «animal spirits» del egoísmo económico. Pues bien, God is back, la potencia superior de lo divino sobre la voluntad humana regresa, pero ahora con la forma del capital financiero. Las leyes no tienen hoy ninguna fuerza frente a la circulación global de los algoritmos financieros, ni ante la potencia desterritorializada de las empresas globales.

Franco Berardi (Bifo), nacido en Bolonia (Italia) en 1949

EL SECUESTRO

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CON MOTIVO DE LA EXPOSICIÓN DE TITO PÉREZ MORA, TITULADA (1/8), EN  TWIN GALLERY, MADRID, STOP THE WINTER SE DETUVO A PENSAR ESTA OBRA

 

Vivimos secuestrados por nuestras deudas, por nuestros propósitos, pero sobre todo por los de otros; casi todo lo que hacemos no es una decisión propia, estaba ya pensado, estaba ya organizado; estás amordazado, atado a esa silla, a ese trabajo, a esa persona, a ese lugar.

 

Hay otros secuestros, los que uno se impone, los del silencio, los de la mirada o los del viaje; y todo buen secuestro exige un rescate, algo que le de un valor utilitario, un baremo determinado por nuestra existencia; todo intercambio posee condiciones; no hay secuestro sin prueba de vida, sin una demostración de que aquel sigue respirando, que existe, a pesar de las mordazas o de las imposiciones. A pesar de los poemas.

 

La intención, en este proyecto, es liberarse del estudio, salir a vivir experiencias propias. El Land Art[1] busca nuevos espacios de experiencia, los pioneros de esta manera de trabajar actuaban como ingenieros, topógrafos, constructores y poetas; aquí estamos ante alguien que ha elegido los materiales más elementales de registro y con un bagaje que parece querer poner a prueba, ha elegido la deriva, aquella idea situacionista bajo un método cercano al Land Art pero como comportamiento morfológico diferente, buscando nuevas relaciones, de lo interior a lo exterior y vuelta al estudio, como si fuera su cabeza, a poner orden. En la obra interviene el azar, pero un azar constante, cercano al deambular –dentro del cráneo también- y simultaneando la experiencia del encuentro, con la del olvido, o quizás, la que quisiera olvidar el artista. Nos encontramos ante una inspección de comportamientos basados en la orientación, en las enseñanzas de aquello, en el afán por la transformación.

 

Hay en todo este proyecto la voluntad de medir, o de resucitar; Goethe descubrió que la distancia entre su habitación en Weimar -ahí donde reposaba su talento, la belleza romántica más intensa, la sombra y Werther- estaba a una hora de camino de los caballetes sobre los que se ataba, violaba y golpeaba en Buchenwald, de modo que las distancias son importantes, todas y componen su relato, todas. La medida entre nuestro ano y nuestro sexo, ese breve espacio de piel, también lo es y posee la capacidad de hacer el relato más abyecto, bello, y estremecedoramente triunfante de los posibles, en esos 15.3 centímetros[2] está todo. Fuera de la mirada.

 

Un iceberg se rompe, se raja, como un papel. Las personas también lo hacen. Las fracturas no cambian el mundo, pero si nuestro modo de participar en él. Nuestro iceberg nos muestra un octavo de lo que está ahí, es un iceberg conceptual que nos muestra lo que no está ahí, nos muestra otra cosa.

 

Hemos ido a la Luna como borrón y cuenta nueva, dicen que por saber de aquello, ¡no! era una manera de limpiar el siglo XX, de olvidar sus trincheras, sus bombas atómicas, sus campos de concentración. La música de ese siglo, el tono y el ritmo, lo han dado los gritos de los caudillos y de las víctimas; el dolor ha hablado sin parar. Mirar ahora este infinito helado nos muestra ese griterío, esa queja y ese lamento, de un modo lento, blanco y lleno, de nada. Sólo quedaba marcar el territorio, poner una bandera, como en las estrategias militares, como en los planos, una bandera, una conquista, por falta de palabras, una tela.

La contemplación de aquello es la oración de esta obra, el matrimonio de lo físico, de lo ausente y del hombre. Cada viaje trae su relato, este era necesario. Hizo miles de kilómetros para encontrar algo que ya tenía; toda esa intensidad, toda esa blancura no es luminosa, es posible que sea la ceguera del artista, que hizo el recorrido que hay entre lo desconocido y lo conocido, también en su cráneo. Igual necesitaba cerrar los ojos, deslumbrado, para poder ver (pensar) aquella inmensidad de impresiones endógenas[3], sensaciones cinestésicas[4] e impulsos escópicos[5].

 

Dice Didi Hubermann[6], que el cerebro desconoce el espacio del cráneo que lo alberga, que no sabe medirlo desde dentro, que no es capaz de pensarse; dice que hay una distancia entre la masa gelatinosa y el casco, milímetros gigantescos. Quizás ese es el espacio que buscaba, esa inmensidad del milímetro; en la obra en la que dibuja un kilómetro en blanco sobre papel vegetal hay una pulsión de perdedor, sabe dónde acaba todo, sabe el rango de esa empresa, sabe que no puede ganar, pero lo hace como el que respira: pausado, insistente, como el hálito fundamental; eso le ha mantenido vivo, durante un kilometro, un kilómetro pequeño, sin comparación con el enorme milímetro aquel del cráneo.

Hay varias derivas, la situacionista, la psicogeográfica, la náutica y la que se pretende aquí, que se acerca más a la derrota, a las dos, a la náutica y a la vital. Uno no puede permanecer más que mudo ante este dibujo. Me trae a la memoria a On Kawara cuando trata de retener el tiempo, pero creo que aquí se trata de apoderarse de ese kilómetro, a través (ahora) de la acción y de la invocación. Una acción o una performance -se me escapa- lo deberíamos llamar action drawing, como las pinturas de Jackson Pollock, aparentemente azarosas, siempre eyaculadoras del yo, pero justo al revés; aquí lo que se insinúa como control es precisamente lo que no consigue, el azar de la acción se impone militarmente, como un mandato que hay que cumplir, como un samurái del dibujo, como un constructor de espacio, de medida y de tiempo. Es un acto espiritual de búsqueda del Yo que ha perdido, justo al revés que Pollock.

 

Este proyecto trata de determinar longitudes, de anotar, de marcar lo imposible y trata de mostrarnos aquella enorme aventura de oscuridad en un estado anterior. Es una obra luminosa, que muestra lo que de otro modo no podemos ver – pues también permanecemos cegados- vivimos en la sociedad de lo táctil, la pantalla táctil, la tecnología táctil, el reconocimiento de la voz, la huella del hombre en esa maldita ventanita llena de luces; pero jamás estuvimos más lejos uno de otro, físicamente, los artistas convocan ideas, muchos no las hacen con sus manos, con su cabeza; pero no éste que se ha negado a no hacer, es un homo faber en estado anterior, en estado de gracia. En su último proyecto lijó un cuadro a mano, no dejó que se interpusiera una lijadora eléctrica, con las manos; otra vez actúa como un gladiador que pule el tiempo, que lo humedece, lo vuelve a pulir, lo perfila, sabiendo que puede ganar o perder. Nos trae una lista de humanos enterrados en la nieve, conservados formidablemente y no ha sido capaz más que de dar cuenta de ello, con una máquina de escribir, pulsando cada tecla, recordando cada persona, sobre papel de plata, aislante, es un oxímoron, (pero) es su rescate a este secuestro.

 

Se ha empeñado en dar cuenta de su vida, a darnos muestras de que aún está aquí, dar fe, con un clavo cortado, con un clavo que advierte: usted está aquí; en una de las partes del clavo, la que recibe el golpe, la de ligazón, la que penetra, pero sólo en una de esas partes. Es un clavo desaprovechado y nos recuerda que nosotros estamos ahí.

 

Las fotos no son de superficies, son de instantes. El sabe que aquella imagen es lenguaje, es otra cosa, un espacio complejo, uno inclinado ante su mirada: “hasta aquí he llegado”.

Este sujeto-artista se diluye en esos espacios, en esas medidas -donde sólo vemos un octavo de lo posible- se pierde como único método de encontrarse con incertidumbres; parece que ha realizado o transformado contextos a partir de contextos, quizás por lo único importante: por vivir.

 

Sólo queda pensar que todo esto son resultados complejos de procesos metamórficos, sin mutaciones, con convencimientos, muchos; Tito Pérez Mora sabe a qué erosiones está dispuesto y a cambio de qué, su vida está en juego y este es el rescate que ha podido reunir.

[1] Surge en 1968 en EEUU con la intención de liberarse de las instituciones y códigos establecidos en el arte; surge también de una fascinación por conectar arte y experiencia.

[2] Medida tomada por el autor del texto en el cuerpo de Tito Pérez Mora.

[3] originario dentro de una cosa

[4] percepción del movimiento, nacida de la lógica sensorial

[5] impulso a ver, a mirar y capacidad de percibir imágenes, sobre todo la de uno mismo.

[6] Didi-Huberman, Georges. 2009. Ser Cráneo.

COBARDES

foto de JL, obra de jorge garcía, reflejo de obra de fernando castillo

foto de JL, obra de Jorge García, reflejo de obra de Fernando Sánchez  Castillo

“Tomaron a Jesús y se lo llevaron. Y llevando su cruz a cuestas salió para aquel lugar llamado del Cráneo, o el Calvario, que en hebreo se dice Gólgota. Allí le crucificaron” Juan, XIX, 16-18

 

Hay una expresión silenciosa que no es la del silencio, por más que sus mecanismos sean similares; no estoy hablando de John Cage, estoy pensando en todos aquellos que tienen miedo.

Cuando uno está viendo una película se sorprende, y seguramente sea un tema objetivo -plantea algo de intencionalidad- del guión, de los tempos y, por tanto, de las necesidades narrativas, que, cuando alguien pregunta el otro contesta, así sin más. Es sorprendente porque aquí, en este país, hoy, ahora no es así; podrías estar colgado de la soga y aquel negaría sus intenciones ante la evidencia y bajo su capucha de verdugo. Algunos lo llaman las intenciones otras.

 

En dibujo es común trabajar a partir del vacío, de aquello que no está, de aquello no dibujado, de los huecos que se permiten; así ocurre con estos cobardes y desviados.

Nuestro Tímido es uno que habla de ésto y de lo otro. Se siente preocupado, pero que muy preocupado por algunas políticas; pero ignora, por vaciamiento, otros tantos asuntos mucho más cercanos como inconvenientes para con sus objetivos. Esta Persona no vota. Y oculta sus preferencias políticas porque “todos son iguales”, cuando lo único igual a un cobarde es otro cobarde. Son aquellos que se indignan porque un partido político no firme un documento conjunto lleno de intenciones publicitarias, pero no por aquellas firmas que aparecen en los documentos del dinero ilegal y bastardo de un gobierno. También son aquellos bien-pensantes de los que la izquierda va sobrado, que consideran todo mejorable hasta un punto en el que abogan por la inacción y la nada; es decir no hagamos nada, no estamos amedrentados, no, no lo hagamos porque luego será mejorable. Esos también han contribuido con su silencio que gane un partido político lleno de corruptelas conocidas, intuidas, demostradas y no demostradas, pero todas visibles, no a los ojos de nuestros protagonistas; están más empeñados en salvar a unos tipos de un país violento, pero no le preocupan gobiernos teocráticos o primitivos o espantosos desde todo punto de vista. No, ellos trabajan por vaciado, como los escultores, como algunos artistas; hacen aquello sobre lo que tanto se interesó la escultura: experimentos y vaciamientos de las formas. En este caso, las formas políticas y decentes, como los famosos discos duros borrados de aquel otro; pero un disco duro no se borra, se oculta su información bajo otra, se reescribe; ahí está, pero hacemos para no verla, .esa es la técnica, entonces a martillazos. Espantaría al mismísimo Donald Judd.

 

La cabeza, entonces, en el Pusilánime no pasa de ser una hinchazón que alberga masas blandas. El alma la usa para derramar lágrimas, para mostrar sonrojo, quizás ira ante la falta de respuestas, la dilación como mucho. Aristóteles, sin embargo, piensa que la sede del pensamiento está en el corazón, otra vez las emociones, otra vez las lágrimas, otra vez la vanidad, entonces Temeroso también.

 

Nos colonizan el pensamiento, lo hacen con el tiempo y lo hacen constantemente. Hacen que hablemos de una cosa para ocultar la otra, seguimos la última hora como si fuera el último juicio, vamos perdiendo y seguimos permitiendo que nos hagan la agenda, entonces seguiremos claudicando ante las mentiras y ante los cobardes. Esos no se paran ante nada, pues lo importante es lo urgente y lo increíble es mentira, no entienden de metáforas, entienden de olvidos, los más urgentes son aquellos que les señalan; nada, una dictadura, una represión, unos fusilados de nada no cuentan; ahora lo que importa es no actuar por ideología, no actuar con rencor, lo importante es el abrazo colectivo, eso, la amnesia colectiva, sí, pero la impuesta por los ganadores.

 

Lo único de lo que podemos morir ahora, seguro, es de responder con la misma provocación con la que hemos sido traicionados, sería una escalada de cinismo violenta y destructiva.

 

Lo que propongo en definitiva es la Despedida, aprender a despedir al Apocado. Somos nuestra existencia, entonces ¡basta ya de silencios escogidos!, ¡basta ya de olvidos seleccionados! ;hay que arreglar esto, entre todos, seas la gallina o seas la zorra.

 

Besa tu tiempo. Así.

 

 

 

 

apunta y dispara

(en relación a otro artículo más apuntando a Carmena y a su equipo) lamento decir que no estoy de acuerdo, la culpa no es de quien lo programa, ni de programarlo, ni del titiritero, ni del contexto, ni del contenido, la culpa es de la derecha reaccionaria que desea usar una obra equivocada, en el contexto equivocado para culpar a las personas equivocadas de algo que es mentira; esos titiriteros han actuado con Botella y poco antes, esa misma pieza ha sido «consumida» en un ayuntamiento del PP y no ocurrió nada, porque no debe ocurrir nada; excepto cuando llega a manos de Carmena, que es a quien se pretende descabalgar; participar de esta conjura es ridículo, mientras se juzga al PP y al PSOE en los tribunales y todos salen de rositas, eso es; pero mientras todos aquí que si era para este u otro público, que si la calidad o lo demás; este país es una mierda por precísamente eso, por mirar siempre al lado equivocado; en Alemania dimiten por copiar una tesis, ministros incluidos, aquí la nada y más de la nada y artículos de paños calientes contra una falta democrática de primer orden, una más, no la última; no pienso dar un paso atrás, que no nos quiten la voz y la capacidad de errar incluso, que no nos quiten la libertad con paños calientes

http://blogs.laverdad.es/entierradenadie/2016/02/10/titiriteros-y-oportunidades-perdidas/

ME_MOR(Í)A

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     foto_Jano Lozano_2010_15M_Madrid

ME_MOR(Í)A

 

Sobre noticias que no eyaculan y verdades que te follan por el culo.

 

Dejo pasar el tiempo, cada vez leo menos los diarios, cada vez veo más programas basura, salto de uno a otro, recomiendo los de la mañana, son increíbles, magnéticos, uno no puede apartar su atención; un delito. No me gusta la ficción, no hay nada más bestia que uno de esos programas o que la teletienda o que el horóscopo, la realidad mitificada. No debemos informarnos tanto, hay que tomar distancia, mirar bajo las alfombras, ahí están los secretos de la realidad. Sólo esperar, luego todo ocurre, todo aflora; es en la poesía donde todo está claro, ahí la realidad y la verdad se cruzan, se tocan; es donde el coraje se muestra, en las ideas.

 

Las palabras de la candidata las olvidamos; aquel otro candidato que no dejaba ni terminar la pregunta, ¿recuerdan?, ahora nos podemos tomar ese tiempo, pero ya no nos apetece. Su técnica, la descubrí pronto, después de votar -tarde- era no dejar hablar, frases constantes, afirmaciones y negaciones, nada a medias, no dejar espacios, atropellar, se atrevía a advertir de un dato falso si la coma no estaba en su lugar, no importaba el fondo del asunto, la idea era no pensar, nosotros, no él; le ha funcionado, eso y el apoyo de toda la prensa mala, es decir, casi toda, le ha funcionado porque alguno cree que ha sido una debacle electoral y no ha sido eso, lo que pasa es que las encuestas se leían a diario, si hubiéramos dejado pasar la urgencia del tiempo, ahora nos sorprenderíamos menos.

Ahora, la realidad sigue su curso, es imparable, una realidad a la que no le importan los apoyos de los media; así es esta vieja zorra, sigue en su esquina, te folla, te cobra y se larga, así es la poesía, si no te duerme te agita. Antes, en las olimpiadas cada uno llevaba su poeta, le hacía una glosa a su victoria, si no era buena, perdía la vida, el poeta.

No hay nada como el tiempo para destrozar un diario, no hay nada como el tiempo para destrozar la velocidad, no hay nada como la física, sólo el tiempo. Éste mata a los diarios, a los programas de radio, la gran ventaja de un diario era contarte las noticias, ahora las noticias no te cuentan, el diario quiere sobrevivir, la noticia no y lo sé porque soy un chapero, soy una puta, soy la realidad y no se me resiste una encuesta, a mí no se me resiste ni una homilía, ni un columnista, soy la más puta de todas.

 

Cuando vuelva a despertar ya nada será del presente, todo estará en el pasado, por ejemplo, ese sueño recurrente en el que vuelo cada día, me pongo a unos 120 grados del suelo. Se lo contaba a cinco borrachos (yo incluido, pues yo me estaba relatando en mi ebriedad) con las puertas del bar cerradas, la cortina tapada, el otro día, a oscuras, el suelo de moqueta que todo lo amortigua, que ablanda las penas, que soporta las rodillas, que absorbe la eyaculación –ahí estaban una actriz preciosa, el camarero que antes era actor porno, un ex-estilista, un ex-escritor, un ex de la familia real, un ex-artista, una probable camello, lo típico en estos lugares y a esa hora, todos ex algo o casi algo, todos nadando- no entendían la paradoja: 120 grados son los ángulos de los cuadrantes en la representación axonométrica –sirven para representar objetos o geometría en proyección a escala, para poder operar– pero elevarme en ese estado no sirve para nada, es un sueño agobiante, me concentro y levito, y cuando me suspendo en el aire siempre intento ir más lejos, pero nada, intento moverme, pero nada, acabo agotado mentalmente, es todo concentración, cada vez que lo pienso me recuerda a la resaca de las elecciones o la de la coca, que son la misma: un tipo asustado lleno de promesas y el deseo del deseo de algo permanente.

 

Un diario es lo contrario de un poema; un diario quiere traer el ayer al hoy, pero un poema espera llevar el ahora al mañana y que aquello sea necesario y auténtico, al poema, la zorra, lo hace, es el aliento vital; el poema es un encuentro, es la primera voz, no se puede relatar, no interesa; una mentira se puede contar, las tuyas incluso enumerar.

Maldigo lo poco que dura una verdad en este país mientras intento asumir que ese partido ha sacado siete millones de votos; maldita la memoria de este país de esclavos que buscan jefes en los corruptos; la poesía aquí sólo tiene un lugar, la inmersión, la desaparición y la retirada; aquí la poesía es el filtro del canuto, es el borrador de Lo Real.

 

Mis textos son para los muertos, no me interesan los vivos, nunca más, mientras las redes pueden esperar, con sus pececitos. Los diarios deberían ser semanarios, los hombres princesas y los secretos no existir. Pero entonces la poesía no sería posible y no tendríamos a quien culpar. La gran ventaja de la poesía frente a los diarios, es que no lucha por un día, lucha por toda tu existencia; mientras el diario te cuenta fantasías, el poema te hace soñar, siempre.

 

¡Viva la poesía, vivan los chaperos!

 

DISPARAN A TU RELOJ

 

IMG_1033_RRamón Mateos_Arma_2015_40x70 cms_tubos de hierro de diferentes secciones

 

Leo un artículo con el título: “Para qué sirve el arte”[1] y me saltan las alarmas, por varias razones que trataré de pensar en estas líneas. Voy a intentar dejar al autor en segundo plano, para no hacer de esto algo personal, por más que mi primer impulso fuera ese.

Hace tiempo que hay una ruptura o distancia entre el arte contemporáneo y el público, ahora ésta queda escenificada y expresada de un modo formidable en las páginas de una revista, Yorokobu.

El artículo en cuestión -citas a Theodor Adorno inclasificables y equívocas aparte- pone en cuestión la idea del arte por el arte, tema siempre recurrente entre los descreídos e ignorantes, a los que se da gasolina para que vuelvan a arder de indignación a cada oportunidad posible. El autor se auto inmola al pensar de antemano que su posición es conservadora, pero no, no lo es, eso sería tener una posición; es equivocada.

Todos hablamos desde algún lado, nos posicionamos, hacer útil lo inútil es un posicionamiento y además es político, es económico, es social, es medio ambiental, es casi cualquier sección, de un gobierno, de un periódico, de un medio, de la propia vida.

Se elogia y se establece como paradigma que una artista haga unas zapatillas oxímoron de doble función[2] -como método de defensa de la tesis del artículo- pero más que elogiar, lo pone como ejemplo de cómo debería ser, parece saber cómo debe ser el arte para participar de ese estatus; hace ya mucho que la crítica de arte pasa por malos momentos; en esas líneas se elogia incluso que “esas zapatillas sirven para cruzar la frontera” y sean arte al mismo tiempo. Uno concluye sin mucho esfuerzo que entonces deberíamos pedir al urinario de Marcel Duchamp[3] que no tenga filtraciones, o exigir que con las telas de los cuadros de Jackson Pollock, dado su formidable tamaño[4], podamos construir tiendas de campaña para Unicef y así sucesivamente; aunque, bien es cierto, que el papel de Biblia nos ha sacado de muchos aprietos, no era ese su objetivo.

Desde la sección “Hazlo tú” de la revista, donde se publica este dislate, se defiende como criterio para medir la repercusión de ARCO: “bajar a la calle y preguntar sobre lo que recuerdan de la última edición”, bien, para preguntar por ARCO, lo mejor no es bajar a la calle, hay que subir a los cielos y hablar con Heródoto y comprobar cómo sus historias de la Antigüedad aún brillan en nuestro conocimiento, como semillas, como gemas, sin importar lo que piense el común de la calle, pues dudo mucho que ese común y ese redactor sepan que ARCO es una feria, donde todo se vende y todo se compra; pero también donde uno tiene la oportunidad de ver obras, muchas de calidad, en circunstancias imposible peores. Insisto, una feria, ése es su objetivo y función, no otro.

 

Se cita en defensa de que el arte debe ser útil una frase descontextualizada de Adorno que ataca las líneas de flotación del propio texto, pues este autor citado defiende precisamente la producción de las formas extraestéticas, pero no para referirse a un “todo vale” ni un “todos útiles”.

 

Quien pinta un cuadrado pinta algo que ha creado el hombre, el cuadrado no está en la naturaleza, si es rentable o útil par alguno es otra cosa, pero ahí está observando la vida y observándose a sí mismo como una forma geométrica pura, para quien disponga de la misma.

 

Esas zapatillas regaladas a 500 inmigrantes son un gesto, artístico, quizás, pero también se pueden leer como un acto de caridad, no de justicia y los irregulares quieren justicia, no caridad. En la función del arte, si en esos términos podemos hablar, no se encuentra la de cambiar el mundo.

Aquel famoso vaso de agua[5] de Wilfredo Prieto de ARCO, en contra de lo que defiende el artículo, sirvió para ahogar en la ignorancia a todos los opinadores, sin salir del discurso del arte, porque no, no, el arte no debe ser útil y ni siquiera es necesario que lo entiendas, es quizás hasta bueno que no lo entiendas, pero ese vaso finalmente sirvió en el artículo para que desde el borde del cristal, algunos se precipitaran a su vacío y ahí se ahogaran, sin respiración, en el escaso líquido que ese recipiente austero contenía y que tanto ha conflictuado.

Que parezca un engaño y hasta una agresión un vaso de agua que se propone como arte, nos hace susceptibles, ignorantes del arte contemporáneo, pero nada más, el vaso ni es agresivo ni el autor busca el engaño; el precio lo pone el mercado; otra cosa muy diferente es que nuestros prejuicios más banales aparezcan cuestionados, el conocimiento insuficiente, las capacidades cuestionadas, pero el vaso no, el vaso no hace todo eso, el vaso sólo está, ahí, como contenedor de ideas, sólo ideas, y ese es su poder transformador en todo caso.

 

Ilustro esta entrada con una imagen de la última exposición del artista Ramón Mateos, el arma , que es una replica exacta de los incautados a los mineros en las famosas huelgas; estas tuberías de diferentes diámetros, ahora son bazookas, estos hierros, ahora armas, son arma, pero del arte, lanzan contenidos y posibilidades, no son ingenuas, son potentes y hasta bellas, pero no son útiles según la política del consumo imperante, lo son en todos los demás términos.

 

No caben miles de formas de entender la creación y no todo es válido desde la libertad de expresión; es decir, que se exprese algo no le da validez, que se pueda expresar no lo dota de conocimiento, de saber; la libertad de expresión se limita a dotar de la posibilidad del discurso a quien lo articula, a su difusión, pero no otorga la razón ni el conocimiento, que no va implícito vamos, que no y que no, por más que nos empeñemos en sacar nuestro opinacionismo. Es sólo un modo de trucar la dignidad civil y usarla contra aquello que es monetizable, como causa exagerada en todo caso de su valor, pero que tiene la posibilidad de lo estético, hasta de lo bello.

El sentido común no puede ser el árbitro de lo que es arte o no, ni de lo que posee belleza, pues la belleza no es democrática y la bondad hace ya tiempo que se separo de la ética y ésta de la moral y ésta de la búsqueda de la belleza bajo un paradigma estético. Lo bello, siempre ha sido acosado por lo abyecto, por lo feo, por lo siniestro[6]; decía Rilke que lo bello es el comienzo de lo terrible que todavía podemos soportar. Mientras Schelling, citado por Eugenio Trías sentencia: Lo siniestro (Das Unheimliche) es aquello que, debiendo permanecer oculto, se ha revelado. En ese acoso, lo bello sale reforzado, entonces podemos pensar en límites, en definición, en nitidez de lo difuso, podemos pensar en esos términos.

Por otro lado se toma como posición deductiva en el artículo de lo universal a lo particular, busca la homogeneidad y nada más destructor que hacernos todos iguales, todos ignorantes entonces; esa diferencia es la que se encuentra en la frontera, de eso estamos hablando, de límites y de fronteras.

 

Escribo todo esto cansado, muy cansado de comprobar cómo desde la sociedad, sobre todo la española, se desprecia y vilipendia el acto artístico, sobre todo desde la impunidad que otorga su desconocimiento, donde se confunde el título académico con la experiencia estética. Lo más grave es que bajo esa sonrisa, ese buenrollismo del “esto es mi opinión” se esconde esa agresión colectiva, la de la muchedumbre, la de la masa domesticada, que da voz y crédito a discursos de opinión sin disentir. La mueca del opinador, que se confunde con el fundamento de la razón, es una mueca-gesto, es puro complejo.

 

Defendamos, entonces, lo extraordinario del conocimiento y desenmascaremos a todos los que no los ocultan mientras nos cuentan que lo visibilizan. Luchemos contra todos los que no nos dejan ver ni el bosque, ni el árbol, porque se ponen ellos delante, en un selfie tortuoso que define la banalidad de estos tiempos, figurar aunque sea quemando el bosque, figurar a cualquier precio, aunque sea como pirómano, pero siempre figurar, joder, aparecer, (y al final todo era por estar en la fotito).

No quiero ser pesimista, es más, deseo la organización del pesimismo en todo caso. Como decía Benjamin: “hay que comprender la supervivencia de las imágenes, su inmanencia fundamental: ni su nada, ni su plenitud, ni su fuente anterior a toda memoria, ni su horizonte posterior a toda catástrofe, sino su recurso mismo, su recurso de deseo y de experiencia en el seno mismo de nuestras decisiones más inmediatas, de nuestra vida más cotidiana”

 

Contra la arqueología de la aclamación, levantémonos con la historia de la revolución; contra el ceremonial de la destrucción y de la ocultación, cambiemos la hora, disparemos a nuestros relojes, pongamos la hora a cero y reescribamos la historia de este país de envidiosos, donde ya las luciérnagas, no pueden habitar, por la sobre iluminación de la opinión.

 

¡Salud y Mucho Ojo!

 

 

[1] CARRASCO. Iñaki. 2015. Para qué sirve el arte. Yorokobu. 19 abril 2015(http://www.yorokobu.es/arte/ )

[2] Judy Werthein, zapatillas Brinco, 2005

[3] Marcel Duchamp, artista conocido por su Fuente, obra en la que establece sus ideas en torno al ready made desde la presentación de un urinario.

[4] Pintor expresionista abstracto, neoyorkino conocido por su característica forma de pintar, por salpicadura –dripping- con unos cuadros que podían llegar hasta los de 5 metros longitud.

[5] obra consistente en un vaso de agua medio lleno de ese mismo líquido, presentada en la galería Nogueras Blanchard en el 2015, fechada en 2006 y por un precio de mercado que escandalizó a la prensa conservadora, con ella a sus opinadores.

[6] TRIAS. Eugenio. 2006. Lo bello y lo siniestro. Ariel.

Cuando el Pueblo pide Aclamar

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“En 1977, con un diagnóstico cuya exactitud nos resulta hoy evidente, Guy Debord constataba la transformación a escala planetaria de la política y de la economía capitalista en una `inmensa acumulación de espectáculos ´ en los que la mercancía y el capital mismo asumen la forma mediática de la imagen. Si comparamos los análisis de Debord con la tesis de Schmitt sobre la opinión pública como forma moderna de la aclamación, el problema de la actual dominación espectacular de los medios de comunicación sobre todos los aspectos de la vida social se nos presenta bajo una nueva luz. Lo que está en cuestión es nada menos que que una nueva e inaudita concentración, multiplicación y diseminación de la función de la gloria como centro del sistema político. Aquello que en otro tiempo quedaba confinado a las esferas de la liturgia y del ceremonial se concentra en los medios de comunicación y, al mismo tiempo, a través de ellos, se difunde y se introduce en todos los momentos y en todos los medios, tanto públicos como privados, de la sociedad. (Así), el Estado holístico fundamentado sobre la presencia inmediata del pueblo aclamador y el Estado neutralizado disuelto en las formas comunicaciones sin sujeto son cosas opuestas sólo en apariencia. No son sino dos caras del mismo dispositivo glorioso bajo sus dos formas: la gloria inmediata y subjetiva del pueblo aclamador y la gloria mediática y objetiva de la comunicación social”

 

texto: Georges Didi-Huberman.2009. Supervivencia de las Luciérnagas. Abada. 2012. p.77

foto: Jano Lozano_2015_Martín Alexandre y Teresa Margolles_el pueblo reunido

Procrastinar

Se pregunta Rosa Olivares ¿Qué nos ha pasado? sobre la ilusión y la pasión perdidas en las artes visuales y alude al cansancio y a la repetición como posibles causas de la apatía actual del medio que achaca especialmente a «los que llevamos muchos años en esto», dejando al margen a los jóvenes y recien llegados. También alude a la crísis como posible causa del agotamiento de fuerzas y fórmulas.

Desde aquí creemos que es un viejo vicio del medio que ahora, con la edad, se manifiesta más claramente: Lo importante siempre lo hemos supeditado a lo urgente. Si, la indolencia y la pereza forman parte del ADN de este medio, pero es la procrastinación lo que mejor define nuestra situación y nuestra manera de enfrentarnos a ella.

La crísis It`s just money! como decía John Tuld y además se repite constantemente:

1.637
1.797
1.819
1.837
1.857
1.884
1.901
1.907
1.929
1.937
1.974
1.987
1.992
1.997
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Pero nuestro hábito de dejar para más adelante cada una de las cuestiones que debemos abordar forma parte de un modo de entender nuestra relación con el entorno que no se da en otros medios. Es el momento de coger el todo por los cuernos -como cualquier otro momento hasta ahora lo ha sido- y asegurarnos de trabajar para generar las estructuras que permitan fijar un tejido definido para el medio. Desde una ley de mecenazgo seria, un estatuto del artista en vigor, unas relaciones fiscales y con la seguridad socieal acorde a las necesidades intrínsecas del medio (sabemos que hay quien cree que debemos regirnos por las mismas reglas que el resto de trabajadores pero creemos que la función hace al organo y no al revés, así que si un sector determinado tiene un sistema de funcionamiento diferente habrá que buscar las medidas para que, dentro del marco general, puedan integrarse estas especificidades, como se hace con agricultores, pescadores y otros trabajadores. 500.000 empleos y el 3,5% del PIB son un buen argumento) y un marco de relaciones, entre unos y otros, normalizado. En definitiva, unas reglas de juego estables y acorde a los tiempos que nos permita crecer y multiplicarnos por nuestros propios medios.

El otro dia se reunian los actores con todos los partidos que se presentan a las próximas elecciones, la mesa sectorial de las artes visuales ha hecho lo propio, los espacios independientes han creado una plataforma para unificar criterios y establecer una mesa de trabajo con la Comunidad de Madrid y con el Ayuntamiendo de Madrid y han puesto en marcha unas herrmientas online para que estos puedan plantear sus necesidades de cara este encuentro y pedir la creación un Fondo para artes visuales con entidad jurídica propia para canalizar las aportaciones de estas instituciones hacia la sociedad civil en general y este medio en particular.

Así que habrá que ser proactivos y propositivos y dejar la procrastinación como patrimonio de la depresión.